YENI GIANINNA RAFAEL AGUIRRE

BREVE HISTORIA DE LOS NEGROS DEL PERÚ

EL ESCLAVO Y EL AMO

El esclavo. antes que persona, estaba considerado un bien real (de res, cosa). Era objeto de los derechos reales. En consecuencia, se le podía comprar, vender, alquilar, depositar, hipotecar, prestar, dar en prenda o regalar. Además de enajenable era embargable y confiscable.

La condición de esclavo se heredaba por línea uterina. El hijo de esclava nacía esclavo, pero el hijo de esclavo podía ser libre si la madre era libre. La esclavitud, al revés que la hidalguía, corría por línea de hembra.

La condición de esclavo terminaba con la muerte del esclavo o con la manumisión. Esta última se lograba por mano propia (el ahorro individual) o ajena (la voluntad del amo). En materia de manumitir, el padre, siendo hombre libre, tenía preferencia para comprar a su hijo y darle libertad. Otras veces, a modo de recompensa, la libertad se ofrecía por la justicia al delator o al informante de un crimen, como ocurrió el Lima en 1673.

No siempre la manumisión era bien intencionada. También sucedía, aunque no frecuentemente, que el dueño liberaba al esclavo por ser negro viejo o enfermo. De esta manera se excusaba de gastos presentes y futuros.

En la ciudad, por le general, ocurrió lo contrario. El esclavo supo ganarse el aprecio y la confianza de su amo. La manumisión otorgada por éste, algunas veces, fue la moneda corriente de pago. Sin embargo, subrayamos, ello no fue lo común ni cotidiano.

Desde el ángulo económico. los esclavos se clasificaron en lucrativos o útiles, y no lucrativos o inútiles. Los primeros eran urbanos (servidores domésticos, artesanos, jornaleros y vendedores callejeros); rurales (agricultores, pastores, botijeros, leñadores); y viajantes (arrieros y marineros). Los segundos podían ser cedidos (prestados, depositados, dados en prenda); enfermos (curables e incurables); presos (temporales en la panadería o cárcel, y perpetuos en galeras o en presidio); prófugos (cimarrones o desaparecidos), y viejos (recogidos o abandonados).

Hubo una identificación de los negros africanos con sus ríos y países de origen. Los mandingas o malinkes eran del Volta y los terranovos de Dahomey; las chalas procedían de Togo; y de la orilla diestra del Níger los lucumés, lucumís, lucumíes o lucumises también llamados nagos o yorubas. Igualmente eran nigerianos los carabelíes, de la ribera izquierda del río Ogeoné, en Gabón, y los congos del Ubangui. Finalmente,los angolas estaban ubicados entre los ríos Matadi y Cunene, centrándolos el Cuanza. Todo negro era comercial, incluso los mirangas o misangas, cuyos padres habían sido caníbales. Los únicos exceptuados eran eran los jolofes o jalofos, negros arabizados de influencia mahometana, del sur de Mauritania; y los cafres del Trópico de Capricornio (¿hotentores bosquimanos?), cazadores nómades de primitivismo incorregible. Los congos y cabindas hablaban e kikongo y los angolas el kimbundo, lenguas de origen bantú. A los congos los imaginaban regidos por un poderoso monarca - el Manicongo - que resultó ser histórico. La gran divisiónesclavista de los negreros de los siglos XVI, XVII y XVIII etsaba constituida por los guineos (del Senegal al Camerún), congos (Gabón y Congo) y los angolas (Angola actual).


Tomado del libro "Breve Historia de los Negros del Perú", por José Antonio del Busto
Imagen: Felipe Guamán Poma de Ayala, Nueva Crónica y Buen Gobierno.
                                                                      
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